jueves, 5 de septiembre de 2013
Dominante
Cuando te dicen "Te quiero" se supone que el corazón se estremece y reboza de alegría, pero a mi no, al mío no le pasa eso, sólo se angustia de una manera creciente porque quiere más. Se le hace imposible detener la ambición, protesta enojado llevándome a las lágrimas y llena mi pecho, mi cuerpo y mi visión de angustia permanente. Entonces yo le digo: "Cálmate, no es mi culpa, él es el que no da más"- Pero es terco y continúa reclamando, destruyendo todo a su paso, no me deja dormir, hace que en mi cabeza se repita la frase imitando su voz: "te quiero" "te quiero" "te quiero". No me deja comer, todo es culpa, comer es culpa y bueno me convenzo de que quizá flaca me quiera más, ¡Qué tontería! Pero es mi propia tontería y claro, la de mi corazón.