Estaba cansada deseando que estuvieras cansado a mi lado, queriendo dejar de pensar. Me picaba la cabeza, me rasqué y pude no sólo aliviarme, sino que pude acceder a mis pensamientos, pude sacarlos, moldearlos; descartar la paranoia, desactivar la angustia, borrar los tormentos y dejarte sólo en mi presente con una sonrisa, parado frente a una cámara que te retrata en la ciudad, como si fueras parte de una postal. Te conservé sólo en sonrisas, intacto, pulcro, con tu guitarra y tus canciones, que gracias a algunos arreglos que hice en mi cabeza, ya no me duelen.