jueves, 11 de agosto de 2011

No se hace esperar.


La educación en Chile pasa claramente por una crisis, la cual no comienza recientemente, sino que desde hace muchísimos años atrás, las juventudes de las décadas pasadas estuvieron sumisas siempre bajo la sombra de la dictadura que aunque ya no estuviera al poder en su momento, había dejado un manto de sumisión y resignación, entregando un sistema educacional muy poco fructífero. Hoy en día es nuestra generación la que tiene en las manos las herramientas y la voz para poder mejorar la educación pública y que deje de ser un verdadero y descarado negocio en nuestro país, donde más que estudiantes pasamos a ser clientes y en vez de disfrutar nuestras carreras con tranquilidad nos acongojamos día a día por la inmensa deuda que vamos acumulando al pasar los años.

Las marchas, las tomas y los paros para cambiar esta situación no se han hecho esperar, el ser escuchados con oídos de comprensión y no de opresión ha sido lo que verdaderamente hemos buscado, hasta el momento y cumplidos ya meses desde iniciado el movimiento el gobierno de turno no nos ha dado soluciones concretas y que podamos aceptar con la tranquilidad de que no será otro tapa-boca como fue la “solución” impuesta por la concertación en la pasada Revolución Pingüina del 2006. Hoy se ve que las juventudes no están dispuestas a aceptar cualquier respuesta dicha con el fin de parar las movilizaciones, sino que buscamos respuestas que cambien nuestra historia como país y el formato de educación al que estamos expuestos. Y no solo por nosotros sino que también por las futuras generaciones, que merecen al igual que todos los ciudadanos chilenos obtener una educación gratuita y de calidad.

La educación no tiene por qué ser un bien de unos pocos, y si para cambiarlo hay que luchar, eso es lo que miles de estudiantes han estado haciendo en estos días. La represión excesiva no se ha hecho esperar y hemos visto muchos jóvenes luchadores caídos por las fuerzas policiales obedientes a un estado opresor. La prensa ha mostrado muy poco de lo que ocurre realmente frente a nuestras narices. Es cierto que en marchas masivas los desmanes ocurren, pero son en un ínfimo porcentaje que se sabe no son provocados por quienes de verdad estamos al tanto de la causa por la cual se lucha, y en base a esto han sorprendido descubrimientos de carabineros vestidos de civil quienes provocan desmanes para hacer quedar el movimiento como poco verídico bajo la sociedad. Pese a estas traiciones, el continuo boicot y la bajada de perfil que se le hace al movimiento estudiantil actual, lejos está de perder fuerza, y personalmente espero que no se bajen los brazos antes de escuchar respuestas concretas a los petitorios, porque lo que se pide no es nada fuera de lo común, ningún lujo excéntrico ni nada que con los recursos que posee el país no se pueda lograr, solo exigimos algo tan básico como la educación que nos enriquece y aporta cada vez mas como sociedad.